La taxonomía de la UE es una herramienta de clasificación para las actividades empresariales, que inicialmente aborda las actividades de las industrias que, en conjunto, son responsables de más del 80% de las emisiones totales de gases climáticos. Incluye criterios técnicos de selección para cada actividad que deben cumplirse para que se considere sostenible. La taxonomía se adoptó formalmente en junio de 2020, y su primer acto delegado sobre el cambio climático (mitigación y adaptación) se adoptó en junio de 2021.

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El objetivo principal del Reglamento sobre taxonomía es redirigir los flujos de capital hacia actividades empresariales más sostenibles. La UE lo inició en respuesta a la falta general de consideración por la sostenibilidad en las decisiones de inversión, a los desafíos que supone comparar a las empresas según sus resultados en materia de sostenibilidad, a la actitud ecologista de las empresas y a la necesidad de una norma común para evaluar la sostenibilidad de las inversiones.

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